Profecías Maya-rí…
Estas Profecías Mayas me tenían atolondrado. En algo me hacían evocar unos augurios lanzados contra mi pueblo, Mayarí, hace montón de años atrás por un anciano de barba larga y blanca, quien llegó al caserío no se sabe de dónde y predijo una desgracia para los mayariceros, una especie de maleficio acuoso aunque nunca fijó una fecha. Dijo que todos abandonaríamos nuestro terruño porque las aguas del río Mayarí, que culebrea el pueblo haciéndolo largo y sinuoso parecido a un majá, subirían hasta los bigotes del General Arcadio Leyte Vidal, muerto a consecuencias de la Guerra por la Independencia de Cuba en 1879, hecho estatua de mármol y plantado en el parque del pueblo. Por eso digo “Profecías Maya-rí, porque, vamos a ver, me sucedieron ciertas cosas que de alguna manera corroboran tales vaticinios y se junta con las revelaciones de aquella fenomenal Cultura Maya. Aquí les cuento.
- Abandonamos el pueblo en 1997 para arribar a Estados Unidos. De manera que lo del citado anciano se verificó, en mi familia y en muchos munícipes, y sin que fuera absolutamente necesaria una inundación apocalíptica.
- En nuestra ausencia de la Patria por espacio de 15 años, murieron muchos amigos entrañables, familiares queridos y estimados vecinos. No dudemos que para ellos llegó el “Fin del Calendario” y para nosotros los sobrevivientes un desconsuelo tal, que me hace recordar unas palabras del escritor Carlos Fuente las cuales copio: “Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos”
- El día 22, fatídico según la predicción Maya, en nuestra casa hubo varias pequeñas catástrofes: 1- Mi nieto menor, Andy, rompió unas macetas de flores del patio. 2- Mi otro nieto, Adrián, hizo trizas la batidora donde elaboro los refrescos de melón( al que soy adicto). – Mi esposa rompió el embase de colar café ( otro vicio ancestral)
- Yo pregunto…¿Estas no son calamidades? Bueno…pequeños desastres a nivel hogareño.
- Para rematar, tuve un sueño malo el día 23( vísperas de Noche Buena), más bien una pesadilla insana. Me llegaba a Home Depot y muy campante robaba algunos objetos y a la salida el guardia, fornido y violento, me detenía y… ahí empezaba lo desagradable, parecido a vaticinios Nostradámicos o incluso el Infierno Dantesco. Me ponía las esposas y mientras me gritaba ladrón amenazaba con llevarme a la cárcel y entre amenazas agresivas y malas palabras y crueles, las cuales herían mis oídos, decía: Ahora vas preso y se te acabó la Nochebuena- Yo recé. En los rezos pedí a Dios me sacara de aquella emboscada de la que yo era el único culpable. Me oyó, supongo que Dios también se mete en nuestros sueños, porque me soltaron. Lloré sin lágrimas un arrepentimiento imposible de narrar en estas cortas líneas, que aún después del desvelo me queda esa insufrible sensación de culpabilidad. Para mí, fueron las Predicciones Maya-rí, aquellas del terruño y estas del 2012 de la cultura mesoamericana precolombina, la Maya, que me salen hasta en los sueños desapacibles.
Por suerte quedaron atrás las visiones del fin del mundo, aunque debemos tener presente que a cada uno de nosotros nos llegará, inevitablemente, el fin de nuestro cursar por la tierra y solo si cumplimos el apotegma verídico y comprobable de José Martí que citaré de inmediato, y profesando la fe en otra vida después de esta, lograremos salvarnos del abismo de la nada. Sentenció Martí: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”
Ahora, tírelo y jale la manivela....